Antes no sabía nadar, así que una de mis metas este año fue aprender, pagué a un instructor para que me enseñara lo básico, y luego iba todas las semanas a las Américas a practicar, me guiaba viendo videos, luego pagué a otro instructor en la piscina olímpica en el estadio, todos los días entrené para mejorar mi técnica, apenas duré un mes, pues con el entrenamiento tan pesado me enfermé y creí ya había aprendido suficiente, no es que quisiera volverme una competidora, me encanta el nado mariposa, por un momento siento que casi puedo salir del agua y volar…
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